sábado, 20 de junio de 2020

La bicicleta

Aún caían gotas de agua de las hojas de los árboles a pesar de haber cesado la lluvia. Su cara se seguía mojando y el olor a la tierra mojada lo estaba embriagando. Debía calmarse, respirar más despacio, conseguir ordenar las ideas. Casi no tenía energías en su cuerpo tras dos días sin poder tomar bocado y con la boca del estómago estrangulada.

El camino hasta lo alto de la loma se eternizaba. En otras circunstancias hubiera llegado a la aldea sin problemas, sin embargo ahora casi agonizaba. Tendría que guardar fuerzas para pensar y encontrar las palabras adecuadas en el momento oportuno y no habría dos oportunidades.

Desde lejos divisó a Carlos, eso le tranquilizó. Con la mano le saludó, pero de una forma extraña que él interpretó como que algo no estaba bien.

A medida que se acercaba a la casa fue viendo cómo Carlos mudaba la cara y llegó a oír su voz.

- No, por favor, no; no me digas que esa sangre en tu ropa es de Mariana.
- Te lo explicaré, Carlos. Lo que dicen en la radio es verdad, pero...

Fue suficiente para que el niño les oyera y Antonio tiró la bicicleta por el barranco, era el día de su cumpleaños. Él cayó detrás.

lunes, 9 de marzo de 2020

Un libro en el primer recuerdo

Quizás mi edad era la misma que la de aquel niño. No recuerdo qué edad era aquélla, pero sí recuerdo que mi vida era la de una niña algo asustadiza que ansiaba conocer cada vez más de su entorno, de su vida alrededor y de todo cuanto desconocía.

Una de las ventajas de ser niña, a la sazón, era la de pasar desapercibida para los mayores cosa que, sin lugar a dudas, era una ventaja a mi favor porque facilitaba el aprendizaje.

Aquel niño era un crío inquieto dentro de la quietud que le rodeaba, que miraba al mundo a través de la reja de una ventana y que esperaba ansioso la llegada de "El Cartero del Rey".

Así, de aquella manera infantil, me adentré en el placer de la lectura, del mundo de la ternura y la inquietud, de la mano de Tagore.